VISITA AL COLEGIO DE MENDIGORRIA


COMPARTIMOS NUESTRA ALEGRÍA E ILUSIÓN DE LA MANO DE FAMILIAS Y PROFESIONALES

El jueves pasado, por fin llegó el día. Hace un mes, escribimos y mandamos una carta a un lugar muy especial y la contestación fue ipso facto. Padres, madres, alumnos, alumnas y profesionales nos subíamos en un autobús destino “Ia, ia, ia, MENDIGORRIA”. Allí nos esperaban dos de los grandes anfitriones, Markel e Iraia. La efusividad, las sonrisas, los aplausos, las ganas de levantarnos del asiento se multiplicaron por mil. Itxaso tuvo el gran recibimiento de sus abuelos, la felicidad brillaba tanto como el sol que nos acompañó durante toda la mañana.

Nos llevaron hasta el colegio de Mendigorría y por el camino, a la gran marea de Andrés Muñoz se iba uniendo algún familiar más. Alborotados en la entrada por tanta novedad, los alumnos de 5º y 6º de Mendigorria nos dieron una bienvenida. Nos enseñaron un mapa del pueblo que teníamos que ir completando con fotos y pictos, a medida que nos hacían una visita guiada. Eso sí, también nos avisaron de que tenían preparada una sorpresa que empezaba por P y terminaba por A.



Comenzamos nuestra andadura por el pueblo. Visitamos una clase de piratas de infantil, vimos la biblioteca, la iglesia, el cine… ¡Gracias por explicarnos cosas acerca de estos y ser nuestros guías! Cada alumno de nuestro colegio formaba parte de un grupo con otros alumnos del colegio de Mendigorría y llevaban colgada una tarjeta de un color. Como no, terminamos la visita contemplando la famosa “pista” de Mendigorría y contagiándonos de abrazos colectivos, sonrisas inmensas, palabras mágicas…


Nos llevamos en el autobús una experiencia muy bonita, además de dos sorpresas muy especiales. Nos regalaron una piedra pintada y cada una de ellas tenía una palabra diferente: ánimo, calma, voz….

¡No se me olvida la otra sorpresa! Pero antes de nada, queremos agradecer a sus protagonistas, Markel e Iraia. Gracias por hacernos disfrutar de esta increíble mañana.

Fue un trayecto de ida y vuelta muy animado, sin parar de cantar. Ahora que nos damos cuenta…dejamos pendiente la visita de Andelos ¡Para la próxima :P!

Nos despedimos con la frase que estaba escrita en el segundo regalo, que fue una bolsita con chocolatinas. “Nunca dejéis de soñar”

¡Gracias por todo Mendigorría!






































































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